El MercurioCarlos Zamora, el autor chileno más programado:
El compositor que transpone la música vernácula a una orquesta del siglo XXI
Es el nombre chileno más frecuente en los programas de mano de los conciertos.
Carlos Zamora (1968) nació en Calama y estudió música en la Universidad de Concepción y en la de Chile.
35 obras suyas fueron programadas en 2010, y otras 20 para este año. Eso, sin contar los estrenos: tres al año.
La Camerata de la U. de los Andes le estrenó hace una semana "Andesita", ahora mismo está escribiendo una pieza para Los Musicantes, y pronto la Orquesta del Marga Marga le estrenará un Concerto Grosso . Los tres fueron encargos.
"A veces hay dinero, a veces no. A mí me da igual, no vivo de esto, pero lo hago con mucho cariño. Llevo seis años trabajando a puro encargo", dice.
-Que un compositor no pueda vivir de sus creaciones, ¿es un hecho en Chile?
"Sí. Uno sabe que estudiando composición no va a vivir del trabajo creativo".
En su catálogo hay desde piezas para violín solo, hasta grandes obras sinfónico-corales. "Me acomoda más la orquesta, porque uno juega con el color".
Entre las obras suyas más famosas están "Víctor Jara Sinfónico", que desde 2006 se presenta, mínimo, dos veces al año, y "Tres Visiones de un Sikuris Atacameño", que será estrenada en Estados Unidos, Colombia e Irlanda, después de que Miguel Harth Bedoya lo invitara a firmar con la Editorial Filarmónica.
-¿En qué parte de la escena nacional se ubica usted?
"No estoy en la vanguardia. Alguna vez quise estarlo, pero no me satisfacían los lenguajes ultracontemporáneos. Al buscar en mis raíces y en la música popular me sentí más cómodo y empecé a generar música con esos materiales, y cuando me di cuenta de que le gustaba a los intérpretes y al público decidí tirarme por una especie de nacionalismo, donde utilizo mucha raíz folclórica y ojalá material musical precolombino".
-¿Cómo define su música?
"Como una mezcla entre la música pentáfona (escalas de cinco notas), el ritmo de fiesta y las sonoridades de instrumentos precolombinos aerófonos y de percusión. Con eso construyo un imaginario sonoro cercano a la música que se practica en el norte, y hago una propuesta traspasando ese material a una orquesta moderna".
-¿Por qué cree que sus obras son tan apreciadas?
"Porque la sonoridad cercana a lo tonal es más familiar al oído neófito, y por el ritmo de fiesta, que ya está en el imaginario sonoro de la gente porque fue explorado por Congreso, Los Jaivas e Inti Illimani".
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